Al castigar los delitos contra la salud pública, nuestro derecho penal trata de proteger el bienestar de las personas, entendidas en un sentido colectivo.
Precisamente por ello se persiguen acciones como la producción o fabricación de sustancias químicas nocivas. Aunque también el transporte o la distribución.
El delito de tráfico de drogas o narcotráfico
Nuestro Código Penal impone penas de prisión a quien elabore sustancias nocivas para la salud, así como quien las despache, suministre o comercie con ellas. También entran dentro de este epígrafe los medicamentos de uso humano o veterinario y aquellos en vías de investigación sin la debida homologación.
Estos delitos pueden cometerse tanto en el tráfico ordinario como a través de Internet o medios de telecomunicación. En este sentido también se condenan las acciones publicitarias o promocionales. Además, se admite la comisión por imprudencia y se castigan la provocación, la conspiración y la proposición.
Como otros delitos, el de narcotráfico se agrava cuando concurren determinadas circunstancias. Por ejemplo, la participación en organización criminal o la oferta a menores de edad o personas vulnerables. Por eso es importante que en caso de tener juicio penal de tráfico de drogas, se tenga una buena defensa penal.
Para defenderse de una acusación por narcotráfico es necesario contar con el apoyo de los mejores abogados en tráfico de drogas. En primer lugar, debido a la importancia que puede tener un juicio penal de este tipo de delito, y en segundo lugar, debido a las consecuencias criminales de la atribución de responsabilidad penal.
Como ya hemos indicado, estos delitos conllevan largas penas de prisión. Pero, además, con el objetivo de impedir que el presunto delincuente obtenga un lucro con su conducta criminal, se pueden decomisar equipos, materiales y efectos, así como medios, instrumentos y ganancias.
Dicho de otro modo, la responsabilidad derivada de un delito de tráfico de drogas alcanza el patrimonio del acusado. Todo ello al margen de las multas que pudieran imponerse.
Es más, las organizaciones y empresas pueden ser condenadas por este delito. Condenas que podrían ir desde las sanciones pecuniarias hasta la intervención o incluso la extinción de su forma jurídica.
No podemos dejar de lado la lesión al honor que conlleva una acusación por un delito de narcotráfico. Cuestión que pondrá en juego la defensa de la imagen del acusado, que probablemente requerirá de un esfuerzo jurídico adicional.